domingo, 6 de noviembre de 2011

Otra cara de la intención...la bondad



Cada vez que observo o soy testigo silenciosa del desorden o la desarmonización o simplemente la falta de bondad en los actos, en las acciones, en los pensamientos, en los sentires de nosotros los seres humanos, nuevamente busco respuestas en mi interior, donde pueda poner en palabras, donde pueda perdonar y perdonarme, y donde aparezca mi capacidad bondadosa haciendo su entrada triunfal de respeto hacia el otro.-


Estar conciente de la bondad y la alegría, me trae beneficios tan visibles, tan notorios, de tanta energía, que mi cuerpo solo tiene lugar para el agradecimiento. He podido comprobar en mi diario accionar, como aumenta notablemente el nivel energético en mi cuerpo, cuando sale de mi corazón un acto de bondad.-

Siempre tengo en mi mente, una imagen de hace años, donde sentados mi hijo y yo en una esquina en una mesita tomando un helado delicioso, del otro lado del vidrio, un niño de unos 6 años nos pedía un helado.- Mi hijo se levanto, intento que entrara con el a la heladería, a la que el seguridad, se acerco con cautela, diciéndonos que no se permitía la entrada de esos niños adentro, con lo cual le pregunto de que sabores queria el helado, lo compro y se lo entrego afuera.-

Paso seguido, mi hijo se volvio a sentar frente a mi continuando con nuestro helado, y pudimos observar la expresión del niño del otro lado.- Solo levanto el helado con sus manitos, con su carita pegada al vidrio, nos miro a ambos, y de sus ojitos salieron dos luces doradas, que iluminaron nuestro dia, que nos hizo agradecer a Dios y a ese niño nuestro acto.-

Dijo todo con esos ojitos cargados de ternura, felicidad, agradecimiento, nada escapo de su boca, solo fueron sus ojos los que decían todo...fundamentalmente ...Soy felíz...con una alegría intensa, y disfrutando de ese sabor maravilloso que tiene el helado...

Y cuando a menudo, realizo acciones destinadas a incrementar mis niveles de serotonina, a aumentar el funcionamiento de mi glándula timo, a fortalecer mi respuesta inmunológica en mi cuerpo, a aumentar mi energía, a sentirme feliz por existir, a agradecer a Dios que me permita tener mi corazón abierto, para que mi chakra cardíaco se manifieste...y siento que la bondad otra vez es la que me da una respuesta a este paso por la vida...y fortalece mi verdadero propósito en la vida...ayudando a que otros sean felices...

Esta forma de bondad como muchas otras, fundamentalmente cuando se trata con personas indefensas, ancianas, discapacitados, en estado de pobreza, etc. otra vez me remiten a la verdadera perfeccion que tiene Dios, cuando estamos frente a casos especiales...

Y me acuerdo de un episodio verdadero que trascribo textualmente de un libro del Dr Dyer...donde nos cuenta, como Dios obra, a cada paso en nuestra vida, siempre con una intencionalidad y sabiduria...




..."En Brooklyn, Nueva York, hay una escuela, Chush, que se encarga de niños con discapacidades de aprendizaje. Algunos niños permanecen en Chush durante toda la etapa escolar, mientras que otros pueden pasar a colegios convencionales. Enuna cena con el fin de recaudar fondos para el colegio, el padre de uno de los niños pronunció un discurso que los asistentes nunca olvidarán. Tras ensalzar al colegio ya su entregado profesorado, exclamó: «¿Dónde está la perfección en mi hijo, Shaya? Dios lo hace todo con perfección, pero mi hijo no puede entender las cosas como los demás niños. Mi hijo no puede recordar datos y números como hacen los demás. ¿Dónde está la perfección de Dios?».


El público se quedó asombrado, apenado por la angustia del padre y mudo ante la desgarradora pregunta.


«Yo creo que cuando Dios trae al mundo un niño como éste, la perfección quebusca está en la forma de reaccionar de la gente ante el niño- se contestó el padre.

Después contó la siguiente historia sobre su hijo Shaya.Una tarde Shaya y su padre pasaban por un parque en el que estaban jugando albéisbol unos chicos que Shaya conocía. El niño preguntó; «¿Crees que me dejarán jugar?». El padre sabía que Shaya no tenia aptitudes para el deporte, y que lamayoría de los chicos no iban a quererlo en su equipo, pero también comprendióque si admitían a su hijo en el partido se sentiría aceptado. Se acercó a uno de loschicos que estaban en el campo y le preguntó si podía jugar Shaya.El chico miró a todos, buscando apoyo en sus compañeros. Como nadie le hizocaso, lo decidió él solo y dijo: «Vamos perdiendo por seis carreras, y el partido estáen la octava entrada. Supongo que puede venir con nuestro equipo, e intentaremosponerlo a batear en la novena entrada».El padre de Shaya se quedó extasiado al ver la radiante sonrisa de Shaya, Al chicole dijeron que se pusiera un guante y que fuera a jugar de centro campista. Al finalde la octava entrada el equipo de Shaya se apuntó varias carreras pero aún perdíapor tres. En la segunda de la novena volvió a marcar el equipo de Shaya, y, con dosfuera, las bases cargadas y la carrera potencialmente ganadora en base, Shayatenía que salir a jugar. Dejaría el equipo que Shaya bateara en tal situación y perderasí la posibilidad de ganar el partido?Sorpresa: a Shaya le dieron el bate. Todos sabían que era prácticamente imposible,porque ni siquiera sabía sujetar el bate como es debido, y mucho menos golpear.Sin embargo, Shaya fue hasta la base del bateador y el lanzador avanzó unospasos para lanzarla pelota con suavidad para que Shaya al menos pudiera tocarla.Llegó el primer lanzamiento; Shaya blandió el bate torpemente y falló. Uno de suscompañeros de equipo se acercó a él y entre los dos sujetaron el bate a la esperadel siguiente lanzamiento. El lanzador volvió a adelantarse unos pasos paradisparar con suavidad. Cuando llegaba la pelota, Shaya y su compañero de equipobalancearon el bate y juntos devolvieron una pelota lenta al lanzador. El chicorecogió el tiro y fácilmente podría haber lanzado la pelota al jugador de primerabase. Shaya habría quedado fuera y habría acabado el partido. Pero el lanzador cogió la pelota y la disparó describiendo un alto arco, muy lejos del alcance del jugador de primera base. Todos se pusieron a gritar: «¡Corre a la primera, Shaya!¡Corre a la primera!». Shaya no había hecho semejante cosa en toda su vida.Correteó por la línea de saque con los ojos como platos, asustado. Cuando llegó ala primera base el extremo derecha tenía la pelota. Podría haberla lanzado al jugador de la segunda base, que habría cogido a Shaya, que seguía corriendo.Pero el extremo derecha comprendió las intenciones del lanzador y lanzó muy porencima de la cabeza del jugador de tercera base. Todos gritaron: «Corre a lasegunda!». Shaya se dirigió a la segunda mientras los corredores que iban delantede él daban vueltas como locos en dirección a la meta. Cuando Shaya alcanzó lasegunda, el parador contrario corrió hacia él en dirección a la tercera base y gritó:«¡Corre a la tercera!». Mientras Shaya daba la vuelta a la tercera, los chicos de losdos equipos chillaron: «¡Corre a la base de meta!». Shaya entró en la base de meta,y los dieciocho chicos lo llevaron a hombros, todo un héroe, como si fuera unauténtico «barrebases» que había hecho ganar a su equipo.«Ese día los dieciocho chicos alcanzaron el nivel de la perfección de Dios»,concluyó el padre mientras las lágrimas le corrían por las mejillas"...

Es mi intencionalidad, acompañar con amor a personas que Dios ha puesto en mi camino, a quienes amo con todo mi corazón, y que sé, y tengo la certeza Dios ha elegido para ser madres de algunos de estos especiales niños...por su fortaleza, por su capacidad de amar, por su integridad, por su respeto a la vida, por su creatividad, y por su amor incondicional....vaya hacia ellas todo mi respeto y amor...gracias





















































































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